miércoles, 13 de noviembre de 2013

Alumna: Nancy Álvarez Vidal.

Álvarez Vidal Nancy
Grupo: 22
“La presidencia débil: 2006-2012. Ensayo político sobre la dialéctica del caos”
México se encuentra entre la espada y la pared. En un lugar donde la violencia, el narcotráfico, la corrupción, las fuerzas armadas, la crisis financiera y la ineficiencia del gobierno van creando fuerza, se generan más tensiones en el ambiente social y político,  en donde la generación de alternativas por parte de las élites no sirve para solucionar los problemas presentes en el Estado.
Los gobernantes nunca van a decir que el país está en el hoyo, estancado, podrido de corrupción y de violencia que carcome a las Instituciones y al ordenamiento jurídico existente. Por medio del discurso y con el uso de los medios de comunicación masiva, hacen creer que todo está bien, que estamos en otra realidad y no nos va a pasar nada. La gente se cree este discurso, pero con el paso del tiempo cuando ve que no es cierto, que es mentira tras mentira, vienen las perturbaciones para manifestar su inconformidad. Como una olla exprés, la presión que se está generando en el país es demasiada y tarde o temprano va a tener que salir por algún lugar o momento determinado.
En el caso de la violencia,  México siempre se encuentra dentro de los primeros lugares en materia de inseguridad y criminalización, es decir, la violencia siempre se ha mantenido estable pero tiende, cada vez más a crecer. Por si no fuera poco, México está dentro de los primeros lugares de pésima rendición de cuentas, eficacia gubernamental y, lo que en la actualidad vemos “normal”, está en el primer lugar  en los niveles de corrupción.
México es reconocido a nivel internacional y por los propios mexicanos como un país propenso a la corrupción, donde muchos problemas se pueden arreglar y algunos trámites pasar por alto con la ayuda de una “lana”.1
Con la violencia, el narcotráfico y la corrupción el Estado busca un respaldo en la fuerza armada para que controle la situación. Con el paso del tiempo, la pretoniarización del régimen va cobrando tal fuerza, que hasta resulta ser el bastón del gobierno, con el que solo puede caminar. Con “una mayor presencia en del Ejército confirma la rigidez de la administración y su propensión hacia formas extremas y heterodoxas de hacer política”.2
Con los gobernantes disputándose el poder, con la crisis e inestabilidad en la sociedad, la militarización como protagonista, desempleo, pobreza, etc. El antídoto para que México entre en “orden”, es con un Estado democrático fuerte. Pero solo se puede hacer si hay un cambio en la crisis estructural que tenemos, es decir, en la recuperación de acuerdos para la transición.

2.- Nieto, Gerardo. La Presidencia débil: 2006-2012. Ensayo político sobre la dialéctica del caos. México, Strategos, 2014.









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