Álvarez Vidal Nancy
Grupo: 22
“La presidencia débil: 2006-2012. Ensayo político sobre
la dialéctica del caos”
México se encuentra
entre la espada y la pared. En un lugar donde la violencia, el narcotráfico, la
corrupción, las fuerzas armadas, la crisis financiera y la ineficiencia del
gobierno van creando fuerza, se generan más tensiones en el ambiente social y
político, en donde la generación de
alternativas por parte de las élites no sirve para solucionar los problemas
presentes en el Estado.
Los gobernantes nunca
van a decir que el país está en el hoyo, estancado, podrido de corrupción y de violencia
que carcome a las Instituciones y al ordenamiento jurídico existente. Por medio
del discurso y con el uso de los medios de comunicación masiva, hacen creer que
todo está bien, que estamos en otra realidad y no nos va a pasar nada. La gente
se cree este discurso, pero con el paso del tiempo cuando ve que no es cierto,
que es mentira tras mentira, vienen las perturbaciones para manifestar su
inconformidad. Como una olla exprés, la presión que se está generando en el
país es demasiada y tarde o temprano va a tener que salir por algún lugar o
momento determinado.
En el caso de la
violencia, México siempre se encuentra dentro de los
primeros lugares en materia de inseguridad y criminalización, es decir, la
violencia siempre se ha mantenido estable pero tiende, cada vez más a crecer. Por
si no fuera poco, México está dentro de los primeros lugares de pésima rendición de cuentas, eficacia gubernamental
y, lo que en la actualidad vemos “normal”, está en el primer lugar en los niveles de corrupción.
México es
reconocido a nivel internacional y por los propios mexicanos como un país propenso a la
corrupción, donde muchos
problemas se pueden arreglar y algunos trámites pasar por alto con la ayuda de
una “lana”.1
Con la violencia, el
narcotráfico y la corrupción el Estado busca un respaldo en la fuerza armada
para que controle la situación. Con el paso del tiempo, la pretoniarización del régimen va cobrando tal fuerza, que hasta resulta
ser el bastón del gobierno, con el que solo puede caminar. Con “una mayor
presencia en del Ejército confirma la rigidez de la administración y su
propensión hacia formas extremas y heterodoxas de hacer política”.2
Con los gobernantes
disputándose el poder, con la crisis e inestabilidad en la sociedad, la
militarización como protagonista, desempleo, pobreza, etc. El antídoto para que
México entre en “orden”, es con un Estado democrático fuerte. Pero solo se
puede hacer si hay un cambio en la crisis estructural que tenemos, es decir, en
la recuperación de acuerdos para la transición.
1.- Véase: Animal Político en http://www.animalpolitico.com/2012/01/funcionarios-corruptos-captados-in-fraganti/#ix
zz2jyxsPChn el 18
de enero de 2012.
2.- Nieto, Gerardo. La Presidencia débil: 2006-2012.
Ensayo político sobre la dialéctica del caos. México, Strategos, 2014.
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