García
González Martín Josué
La
Presidencia débil 2006- 2012
Capítulo I: La ruta del colapso
El
lunes 29 de junio de 2009, el Banco Mundial da a conocer sus indicadores de
gobernabilidad global para 211 países; México en la lista. El organismo evalúa
seis componentes y en cuatro de ellos reprueba a nuestra nación: en Estabilidad
política, en Estado de derecho, en Control de la corrupción y en Rendición de
cuentas. El resultado es en sí, uno: frágil gobernabilidad del país (Nieto,
2013: 43).
Lo
anterior, también da pie a otro factor de inestabilidad: la llamada “tercera
generación del crimen”, mejor denominada “narcoinsurgencia”. Esto se traduce en
una fase superior de descomposición y de crisis del Estado de derecho, es
decir, de crisis de régimen y de modelo de desarrollo. Las consecuencias son
claras: México registra un gran deterioro en su tejido social, económico y
jurídico; surge el fenómeno de las organizaciones paramilitares. Esto es, una
escala superior de desintegración nacional. Esto se traduce así: México es más
frágil en el sexenio de 2006- 2012 de lo que era en el periodo 2000- 2006
(Nieto, 2013: 43- 46).
A la
condición de debilidad estructural del gobierno se suma el descalabrado
financiero y la crisis económica. En estas condiciones la administración pierde
factores estructurales de apoyo. ¿Por qué? En resumidas palabras, porque la
estabilidad del régimen está sujeta a la actuación de actores políticos y
económicos que acotan la autonomía del Estado. El gobierno es débil en la
medida que depende de factores que no controla o que lo hace sólo formalmente y
que no tienen un papel constructivo en la democracia, como son: el Ejército,
los sindicatos corporativos o la Iglesia Católica. Por tanto, el régimen es
endeble no por la oposición de la izquierda, sino por la calidad de los actores
de sostenimiento- apoyo y por la estructura monopólica y oligopólica de la
economía (Nieto, 2013: 48- 53).
Las
conclusiones son tres. La primera es que la estrategia militar está agotada,
pero no hay esquema de reemplazo, al menos a corto plazo; segunda: el modelo
económico y el régimen están ya agotados; y tercera: uno de los escenarios
posibles en el futuro de México es el del colapso (Nieto, 2013: 58- 60).
Capítulo II: Silenciosa pretorianización
El
establecimiento federal registra una inédita condición de debilidad. El
gobierno no gobierna. El eje principal de acción gubernamental es uno: el
Ejército. El contexto de descomposición nacional, coloca a los militares en un
lugar preponderante dentro de todo el sistema institucional. Ante la titánica
violencia, se dispone a la sociedad a aceptar como única salida la
militarización del régimen. Y mientras más directa es la participación de los
militares en asuntos que competen al gobierno civil, menos democrático resulta
un sistema político (Nieto, 2013: 63- 64).
De
ser la institución más resguardada del régimen, pasa a ser la más expuesta al
desgaste de su imagen. Todo lo que hace el gobierno comienza y termina en el
Ejército. A éste se le compromete directamente en una esfera que no le es suya:
la seguridad pública. La militarización de la seguridad pública exhibe su
fracaso como mecanismo de gobernabilidad democrática. Esta gobernabilidad
estructurada con base en el factor militar muestra que nuestra nación recorre
con rapidez la ruta de la “pretorianización” (Nieto, 2013: 66- 71).
Una
mayor presencia de las Fuerzas Armadas en la esfera civil no hace más que
confirmar el atraso de nuestras instituciones políticas, además de poner a
México en la ruta de un régimen autoritario. Los resultados son más desorden y
mayor violencia. Los márgenes de actuación del gobierno se reducen, mientras
que los del Ejército se abren y abarcan cada vez más áreas de la
administración. El efecto social que genera el recrudecimiento de la violencia
ligada al narcotráfico da la bienvenida al factor militar (Nieto, 2013: 74-
76).
Si
las cosas siguen su curso, como lo afirma Nieto (2013: 76- 77), del caos se
pasará a una mayor militarización del régimen; sin embargo, la estrategia
militar falla como único dique de contención del crimen organizado, por lo que
buena parte de los cimientos que sostienen el edificio del gobierno pueden
colapsar.
Bibliografía
Nieto,
G., La Presidencia débil 2006- 2012.
Ensayo político sobre la dialéctica del caos. México, Editorial Siembra.
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