jueves, 14 de noviembre de 2013

Alumno: HERNANDEZ REYES JUAN CARLOS

HERNANDEZ REYES JUAN CARLOS
México a partir de la transición política PRI – PAN ha sufrido una serie de condiciones políticas, económicas, sociales y de seguridad, las cuales lo ponen al filo del colapso institucional, generándose así una situación de ingobernabilidad y adjetivándolo a un estado fallido.
El agotamiento del esquema político y sobre todo el económico, dan pauta al crecimiento de las problemáticas sociales, agudizándose y debilitando aun mas, un estado que está ahora basado, en diferentes estructuras como lo son el ejército, la media, grupos empresariales, etc., los cuales al verse en la posición aventajada de una necesidad de la elite política y estatal para la continuidad de este, ven privilegiados sus intereses, dejando así un enfoque social, eficiente y eficaz por parte del estado.
Esta necesidad del estado de no poder legitimarse y sustentarse ante una sociedad la cual representa, lo obliga a basarse en otras estructuras, de igual forma muestra el claro debilitamiento y falta de dirección, atendiendo solo a intereses particulares y agudizando problemáticas, entre las más importantes la cuestión de seguridad.
Dentro de esta cuestión de seguridad pública, vemos que los tres ejes esenciales, el económico, el político y el social, están de la mano con esta problemática, originando así un problema de mayor envergadura y complejidad, el cual ha permeado en casi su totalidad estas tres instancias, tocando un punto fundamental dentro del estado, el proporcionar un mínimo de seguridad jurídica a los ciudadanos.
El agotamiento del sector institucional en la lucha del crimen organizado, la infiltración de este en las instituciones encargadas de brindarnos seguridad y la capacidad del crimen de intimidar y generar un poder mayor al del estado en algunas regiones, han permitido que este llegue a ser un segundo poder dentro del mismo estado, controlando regiones enteras donde la capacidad institucional queda imperceptible, donde gobernadores, fuerza pública y ciudadanos, al no tener otra opción que involucrarse o atender las necesidades del crimen organizado caen en un círculo vicioso que no hace más que alimentar el poderío y desarrollo de estos grupos.
Sin embargo esta coalición ciudadanía, institución y crimen organizado es justificada, dada la incapacidad del estado para gobernar y para brindar seguridad, de igual manera vemos aquí la debilidad institucional y la falta de visión política y estatal para desarrollar políticas nuevas que encaucen y regeneren la lucha contra el narcotráfico, este no solo siendo un problema de venta de drogas, sino un monopolio del crimen, de igual forma ver que el crimen organizado es  el resultado de diferentes condiciones y problemáticas sociales, políticas y económicas que desembocan en la aparición y fortaleza del crimen.





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